¡Pero qué bueno es este tío!
Podía haber empezado la crónica diciendo que eso de cantar en una azotea no es una idea nueva, y que los Beatles ya lo hicieron en la Apple Corps. en Londres hace tiempo. Pero, salvando las diferencias, está claro que el atardecer preveraniego en Valencia es mucho mejor que el frío diciembre inglés. Y, la verdad, es que el Live The Roof nos ha parecido una iniciativa muy acertada.
O haber empezado diciendo que el entorno incomparable y las vistas que hay desde la azotea del Hotel Barceló de Valencia son insuperables. Pero para eso ya os ponemos una foto.
Y es que, en realidad, todo esto da igual.
Porque cuando Luis Alberto salió a tocar su vieja Gibson ante los 150 afortunados que estábamos allí (así a ojo), algunos de pie, otros sentados en el suelo como en una función del colegio, los relojes se detuvieron (léase el guiño). La guitarra, una copa de vino y dos altavoces fue todo lo que necesitó para mantenernos hipnotizados durante la hora y pico que estuvo desgranando sus creaciones en un concierto acústico espectacular. Y es en este tipo de actuaciones, en las que no hay artificios y estás a escasos metros del artista, cuando te das cuenta de la calidad de la persona que tienes delante. Y, en este caso, esa calidad se sale de las escalas.
Ciertamente no estuvo muy hablador. Casi sin decir ni hola se sentó en su taburete y se puso manos a la obra, empezando con Rebel y Close To You. Y a lo largo del concierto en contadas ocasiones abrió la boca para algo que no fuera cantar. Aunque también es verdad es que el público estaba algo tímido, tal vez un poco cohibido por tener a LA tan cerca. Pero el silencio mientras tocaba, casi absoluto, nos permitía disfrutar de los acordes de una guitarra que sonaba increible, y del impresionante registro vocal con el que cuenta el cantante, y que se ponía de manifiesto en falsetes como los que adornan Secrets Undone o Pictures on the wall.
Con un setlist abierto a improvisaciones, Luis Alberto de tanto en tanto miraba a una lista de canciones que tenía a sus pies y se paraba como pensando «esta no me apetece tocarla ahora, ¡mejor esta!», algo que deja claro la diferencia que hay entre este tipo de actuaciones y los conciertos en grandes salas o recintos, en los que todo está más encorsetado.
Es evidente que cuando acabas de sacar disco es habitual empezar a enseñar los nuevos temas en concierto, y este caso no fue una excepción. Así sonaron una íntima y preciosa Ordinary Lies, Higher Place, o Living By The Ocean.
Los únicos momentos en los que el público se lanzó a cantar en voz bajita, casi con miedo de interferir en el buen hacer del protagonista, fue con Stop The Clocks y Perfect Combination. Y es que esos dos temazos pedían a gritos ponerse de pie para hacer los coros mientras se daban palmas.
Así hasta 18 temas, para los que se paseó por los 3 discos del grupo, más 4 bises que sonaron después de una breve pausa y que correspondieron a Elizabeth, Dualize, la melancólica In Gold y, por último, la oscura Revolutionary Disguise.
Una auténtica joya de concierto, una verdadera maravilla que terminó con el señor Segura haciéndose fotos con todo el que quiso, y convidándonos a ir a ver la presentación del disco From The City To The Ocean Side con toda la banda el próximo 21 de Junio a la FNAC. Actuación con la que dijo, literalmente, «os vais a cagar».
A ver si con un poco de suerte podemos volver a verlos allí.
@latheband @LiveTheRoof
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