La vida no es una sucesión de victorias. Nos hacemos adultos aceptando rechazos amorosos y desengaños de todo tipo, superando días en los que nadie nos comprende. Por eso existe Placebo: música hecha por incomprendidos que parecen entender perfectamente cómo nos sentimos.
En 1996, mientras Reino Unido estaba saturado de Britpop, el grupo se formaba como un freakshow de sexualidad y género ambiguos. Son una de las bandas que definen el rock alternativo de los últimos 20 años, con 12 millones de álbums vendidos a nivel mundial hasta la fecha.
Placebo llegará al Cruïlla el 3 de julio para resucitar una emoción adolescente que sigue viva en nosotros. Ven a sentirla en directo.
Placebo no es un hombre ni es una mujer, Placebo es Brian Molko. Una voz única y difícil de olvidar. Una figura andrógina que se muestra tan dulce al micrófono como agresiva a la guitarra.
Su padre quería que fuera banquero y Brian se pintaba las uñas mientras escuchaba punk. Dejó la universidad para escapar del bullying y, junto con Stefan Olsdal, formó el grupo.
Placebo son los supervivientes del romanticismo de principios de siglo. Recordamos temas como The Bitter End, Every Me and Every You o Without You I’m Nothing, la canción que enamoró a David Bowie.
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