Considerado por muchos como el músico más importante e brillante de su generación, como uno de los más visionarios e influyentes, Justin Vernonya presentó el año pasado en nuestro país 22, A Million, su último trabajo como Bon Iver, a los nueve meses de haber salido a la venta. Fue, cómo no, en el marco del Primavera Sound. ¿Pero quién podría cansarse de ver a este genio?
Un artista que ha sido capaz de darle la vuelta al folk norteamericano desde la cabaña de For Emma, Forever Ago llevándolo a un extremo de experimentación que en su tercer y más reciente álbum alcanza cotas de calidad nunca antes vistas. Es verdad que existe la posibilidad de que, aprovechando la coincidencia de fechas en sus respectivas giras, él y Aaron Dessner (The National) den también algún concierto en tierras europeas con su proyecto conjunto, Big Red Machine; pero, de momento, más vale pájaro en mano que cientos volando.