Rulo y La Contrabanda demostraron una vez más por qué son una de las bandas de rock más queridas del país. En un concierto celebrado en la Rambleta de Valencia el pasado jueves y dentro de la gira de teatros “Cercanías y Medias Distancias” que comenzaron el pasado mes de diciembre, el grupo cántabro hizo vibrar a sus seguidores con un repertorio lleno de energía y sentimiento. El espectáculo, en el que la protagonista principal es la música, estuvo salpicado de partes teatrales, enmarcadas en una puesta de escena desde el andén de una estación de tren en Reinosa con destino a lugares como Chamartín y París.

Desde el primer acorde, el público se entregó por completo a la música la banda cántabra, liderada por el incombustible Raúl Gutiérrez, “Rulo”, con su inseparable Fito Garmendia al frente, ofreciendo un concierto memorable. Sonaron temas como «A lo bonzo», “Noviembre”, “La balada del despertador» y “Heridas del rock roll” entre otras muchas, canciones sentimentales con líricas emocionales, que aún conservan ese estilo de rock español clásico que los identifica. Un setlist que fue repasando todos los discos publicados, con especial hincapié en “El Doble de tu Mitad” y “5”, pero no se dejó fuera ninguno de sus temas más celebrados.

Rulo, con su carisma habitual, se mostró cercano y cómplice con sus seguidores, la conexión entre el grupo y el público fue evidente durante toda la noche, creando una atmósfera única y especial. Disfrutamos de muchos y muy diferentes instrumentos sobre el cuidado escenario: guitarras acústicas, eléctricas, de 12 cuerdas, barítono, contrabajo, acordeón, batería, percusiones, bajo eléctrico, mandolina… El sonido del concierto fue impecable, con las voces y los instrumentos perfectamente mezclados, sonando mucho más roqueros en directo.

Rulo, visiblemente emocionado, dedicó el concierto a las víctimas fallecidas por la Dana. Regaló flores, se bajó del escenario para abrazar y acariciar la piel de su público y compartió algunas anécdotas sobre la creación de algunas de sus canciones. La banda demostró una vez más su gran talento y su capacidad para conectar con sus seguidores.

El concierto concluyó con una ovación ensordecedora y el público pidiendo más. Sin duda, una noche inolvidable para todos los amantes del rock gracias a una banda que transforma todo escenario que pisa, ofreciendo rock honesto, elegante y revitalizador, música para reír, cantar, bailar y emocionarse. Un viaje que invita a todo el mundo a disfrutar, un tren que afortunadamente volverá a pasar y que nadie debería perderse.