Adiós, cielo azul, llegó la tormenta

“Hay un cielo azul y tú, mirándome de frente y ay, ay, y hasta el sol que nos miraba a los dos parecía sonreír, pobrecito sol sonriente, se cayó por el horizonte vencido. Hay una playa sin final y unos músicos tocando y ay, ay, y hasta el mar parecía disfrutar mojándonos los pies, y todo parecía encajar y, casi sin darnos cuenta, se acabó de pronto la luz, adiós cielo azul….Llegó la tormenta”

Y sí, cual fiel seguidor de Robe Iniesta, puntual llegó la tormenta, a las 21h, hora a la que el concierto debía dar comienzo, la lluvia hizo acto de presencia en el recinto de la Marina Sur del Valencia, donde el que fuera líder de Extremoduro, presentó, por segunda vez en la capital del Túria, su nuevo disco “Se nos lleva el aire”, un show de aproximadamente tres horas, acompañado de un intenso aguacero que no impidió que el público disfrutara del nuevo disco del plasentino junto con algunas míticas canciones de Extremo, para el deleite de todos los allí reunidos. Y es que a ninguno se nos olvida, a pesar que se trate de un utopía, que la banda aún nos debe esa gira de despedida que tanto ellos como todos sus seguidores nos merecemos.

“Destrozares” abrió un repertorio de casi 3 horas y 21 canciones en las que Robe y su banda, formada por Álvaro Rodríguez Barroso (teclados), Carlitos Pérez (violín), Albert Fuentes (batería), Woody Amores (guitarra), David Lerman (al bajo), Lorenzo Amores (que dio un recital de voces agudas único) fueron desgranando los matices en directo de su recién estrenado disco “Se nos lleva el aire”.

A pesar de las inclemencias meteorológicas, la gente tenía ganas de pasarlo bien, y aunque Robe anunciaba que el directo duraría lo que los técnicos de sonido ordenaran, así como la música amansa a las fieras, la poesía de Robe amansó a la lluvia dando una tregua y la energía entre el público y la banda fue fluyendo conforme avanzaba el concierto, encarnada por el solo de batería que se marcó Albert Fuentes después del habitual descanso de veinte minutos que se tomó la banda, ya que como siempre sucede en sus actuaciones, Robe dividió el concierto en dos partes.

El último disco fue la columna vertebral de ambas, tocando 9 de los 10 temas que conforman el disco, consiguiendo algo de lo que pocos artistas son capaces, que las canciones más recientes sean celebradas al mismo nivel que los grandes éxitos incluido en el repertorio e incluso, a veces, hasta más. Robe es capaz de ofrecer el rock más rudo y crudo pero hacerlo a la vez con una delicadeza y emotividad casi inédita a día de hoy.

El directo contundente combinó 9 temas nuevos, con el segundo y el tercer movimiento de Mayéutica, “Guerrero” del disco Lo que aletean nuestras cabezas, y por supuesto el guiño a los nostálgicos de Extremoduro presentes con “Standby”, “Si te vas”, “La vereda de la puerta de atrás” o un cierre épico de rock transgresivo con  “Ama, ama, ama y ensancha el alma”. Eso sí, echamos de menos que no sonará ninguna canción de la Ley Innata, sin duda, el mejor disco de rock en español de la historia.

Al igual que el amor, Robe está hecho de puro viento, sabe invocarlo, y al igual que invoca una tormenta, la puede frenar a su antojo, y con un último paseo, ofrece su guitarra al aire, por el borde del escenario, para que el vendaval amaine a la espera de que vuelva ese cielo azul.

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