La química es mágica. Que se lo pregunten a Heisenberg. Sus leyes desafían constantemente la lógica de eso que llamamos sentido común, y abren mundos difíciles de explicar, pero absolutamente apasionantes. ¿Y la música? La música es magia. Nadie sabe que tipo de frecuencias mueven nuestras entrañas, y por qué las llevan hasta tales cielos, pero ni la física ni los críticos especializados pueden explicar las razones que rigen y que provocan semejantes caos emocionales.
Y qué pasa si mezclas química y música? Ay, amigos. Ay… No esperarán que se lo explique, después de las líneas con las que les hemos introducido este disco. Tan sólo les pongo en antecedentes: Lee Hazlewood y Nancy Sinatra, Kathleen Brennan y Tom Waits, Marvin Gaye y Tammi Terrell, Isobel Campbell y Mark Lanegan, Jane Birkin y Serge Gainsbourg, Bobbie Gentry y Glen Campbell… Algo parecido ha ocurrido entre Maria Rodés y David Rodríguez. Algo difícil de definir, pero que nos genera la sensación de que en “Contigo”, su primer disco, todo fluye, todo funciona, está en su sitio, equilibrado, emocionante.
“Contigo” es, ni más ni menos, el producto de dos de los nombres propios más identificativos y personales de la escena independiente española, en el que ambos, unidos, potencian y hacen brillar las virtudes del otro, en el que se muestran como son, como músicos, como contadores de historias, como creadores. Donde las sumas no cuadran, donde uno + uno da como resultado una incógnita irresoluble. Porque, ¿acaso no sabían que las matemáticas son también magia?