Crónica del Mallorca Live Festival

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Nos dirigíamos hacia el Mallorca Live Fest con la incertidumbre del que va por primera vez a un festival sabiendo que, además, era sólo la segunda edición de este festival, que este año se celebraba en Calviá, a 17 kilómetros de la capital balear. Para ello utilizamos el cómodo y eficaz sistema de taxis que te llevaban desde distintos puntos de la ciudad hasta el recinto por una tarifa plana de 20 euros, y que te daban la libertad de disfrutar tranquilamente de la noche sin tener que pensar en el coche de vuelta.

Una vez sacadas las acreditaciones, la primera impresión fue muy buena. Un recinto no demasiado grande pero bien organizado, con dos escenarios puestos en paralelo, a suficiente distancia para que no se solaparan los sonidos de las actuaciones, pero cerca como para no tener que pegarse una gran caminata al ir de un concierto a otro. Una zona de restauración con una buena y amplia oferta, aseos en distintos puntos de la esplanada, varios puntos de venta de Tokens, moneda oficial del festival con la que comprar bebida y comida y, algo que siempre nos ha encantado, la obligación de comprar tu propio vaso, medida con la que se consigue que el suelo esté limpio, sin tener que ir pateando constantemente montañas de deshechos de las bebidas que los mas desaprensivos van tirando al suelo sin pudor. Otro punto muy positivo fue que el festival tenía su propia red wifi gracias de Fibwi, por lo que pudimos ir subiendo fotos y videos a tiempo real sin consumir ni un solo euro en datos.

Nos perdimos las actuaciones de la primera parte de la tarde, pero es que llegar directamente desde la península te limita mucho las opciones dependiendo del vuelo que cojas, así que empezamos a disfrutar de la música con C. Tangana en el Sol House Stage. Nos engatusó rápidamente su hip hop melódico, que va haciendo guiños a la electrónica y el pop alternativo, usando con frecuencia un vocoder bien ajustado, y que conquistó a los que ya se encontraban por allí. Muy coreadas fueron sus canciones “Antes de Morirme”, que en su versión original cuenta con la colaboración de Rosalía, y “Persiguiéndonos” tema que le dio la popularidad en el 2016.

Antes de que empezara el concierto de La Mala Rodriguez nos acercamos a ver que se cocía en el segundo escenario, el Stage Mallorca Better in Winter, este en formato carpa, y nos dimos de morros con el proyecto electrónico experimental de la colombiana Gabriela Jimeno (Ela Minus de nombre artístico). Un chica sola encima del escenario, delante de una mesa con mil cachivaches electrónicos que no paraba de toquetear, y que consiguen un resultado encantador, en parte por lo naïve del conjunto, y en parte por lo distinto a la mayoría de cosas que sueles oir por ahí. “Volcán” o “Jamaica” fueron algunas de las melodías que interpretó.

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Y llegó el momento de La Mala. Un sonido atronador (no lo hemos comentado, pero la calidad y potencia del sonido era espectacular, digno de un festival de proporciones mucho mayores) nos puso en un instante a los pies de esta mujer que es ya un clásico en el hip hop español. Acompañada en ocasiones por 4 bailarinas que derrochaban una increíble energía, consiguió que en el mundo no existiera nada fuera de aquel escenario, robándonos casi la consciencia. Temazo tras temazo, “Tengo un trato” tras “Quién manda” nos quito el frío que iba cayendo ya en la noche isleña.

Y, después de cenar algo en 5 minutos, estábamos preparados para Placebo. Años después de la última vez que los habíamos visto, la impaciencia se torno en jubilo al ver salir al señor Molko, con su inconfundible androginia, ese control total de la situación durante la actuación, y rodeado por una gran puesta en escena (a esas horas de la noche ya se podía apreciar a la perfección el brutal despliegue de efectos visuales de los que era capaz el escenario, con una enorme parrilla de LEDs que proyectaba las visuales).

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Sumergidos en su gira celebración de los 20 años como banda, tocaron un sin fin de canciones de todas sus epocas. Siempre acompañado de la característica y provocadora figura de Stefan Olsdal, empezaron por “Every you, every me”, “A Song to Say Goodbay” o “Infra-red”, pudiendo escuchar el mismísimo “Nancy boy”, o el más reciente “Too Many Friends”. Tan increíble fue el repertorio que pensamos que se nos había hecho corto el concierto. Después nos dimos cuenta de que en realidad sólo había durado hora y cuarto, que nos supieron a muy poco.

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Jamás podríamos considerarnos seguidores de Amaral. Es cierto que han estado en el cartel de otros festivales a los que hemos asistido, pero nunca les habíamos prestado la atención que merecían, hasta esa noche. Y es que está claro que una trayectoria como la de los zaragozanos no es fruto de la casualidad. Desde la primera nota la vitalidad de Eva en el directo, que dejaría a la altura del betún a la más motivada de las monitoras de mi gimnasio, hizo que nos planteáramos muchas cosas sobre nuestra actitud con respecto a este grupo.

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Por otro lado, con lo modernos que nos consideramos, fuimos siendo conscientes de que nos sabíamos (y cantábamos como si no hubiera un mañana) todas las canciones intentando, por supuesto de forma desastrosa, llegar a los elevadísimos registros vocales de la cantante. Y cantamos “Revolución”, y “El Universo Sobre Mi”, y “Mis Amigos”, y la más moderna “Nocturnal”. Y, que narices, volveríamos a hacerlo.

Tiempo para la electrónica en la noche mallorquina con Kölsch y Ben Klock para dar el cierre a la primera jornada. Contundencia sin paliativos antes de coger de nuevo el taxi hacia el merecido descanso.

La segunda jornada del festival se presentaba marcada por la variedad musical que se daría cita en el recinto; pop, indie, rock, electrónica, mestizaje y flamenco.

Los sevillanos Maga, únicos y en su mejor momento, nos deleitaron con un directo emotivo y delicioso, demostrando una gran complicidad con el público. Los sevillanos han alcanzado su plena madurez y tanto los temas de su nuevo disco “Salto Horizontal” como los clásicos “Agosto Esquimal” o “Diecinueve” sonaron de forma impecable en un concierto para el recuerdo.

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Chambao y su característico Flamenco Chill, consiguieron despertar al público del mágico letargo al que habíamos sido sometidos tras el la actuación de Maga gracias a su sonido ecléctico y el derroche y ganas que transmitió la carismática María del Mar Rodriguez, “Lamari”. En definitiva, buen rollo y diversión.

Eskorzo continuaron con el ambiente divertido y festivo iniciado con Chambao. La conexión con el público y la energía y vitalidad durante todo el concierto por parte de la banda definen perfectamente lo vivido en la carpa Stage Mallorca

Los grandes triunfadores de la noche como no podía ser de otra manera fueron los granadinos Lori Meyers. Noni y los suyos, aterrizaban en Mallorca como cabezas de cartel del festival y con disco nuevo , “En la Espiral”.

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Con una puesta en escena espectacular, la banda respondió con creces, con un directo equilibrado y con el protagonismo obligado para “En la Espiral” pero donde no faltaron “Luciérnagas y Mariposas”, “A-Ha han vuelto”, “Mi Realidad”, “Luces de Neón” o “Alta Fidelidad”. Sin duda, la mejor banda nacional en directo en estos momentos.

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Los ingleses The Charlatans, referentes del BritPop de los 90, llegaban a Mallorca inmersos en la grabación de su nuevo disco y que recogerá el testigo de “Modern Nature” editado en 2015. El quinteto liderado por Tim Burguess sonó sólido, repasando su gran legado musical con temas como “Let the Good Times “ o “The Only One I know”.

Y bien avanzada la noche, era turno para la electrónica, donde la joven ucraniana Anastasia Topolskaia, conocida como Nastia nos obsequió con una sesión con sonidos que iban del techno más crepitante al mínimal más melancólico. Un auténtico talento a la que le auguramos un gran futuro.

Y cerrando el festival, los esperadísimos The Martínez Brothers. Los dos jóvenes americanos, cantera de house de New York y protegidos Dennis Ferrer pusieron el broche de oro a esta segunda y exitosa edición del Mallorca Live Festival, que, tras congregar a 17.000 personas en el fin de semana, se consolida entre los grandes festivales españoles y que ya puede mirar de tú a tú a cualquier festival de la península.

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