Lo último de Bobby Wratten (The Field Mice, Northern Picture Library o Trembling Blue Star) se llama Lightning in a Twilight Hour y estamos de enhorabuena porque ya está a la venta el primer LP «Fragments Of A Former Moon» en edición limitada de 500 copias de Elefant Records.
Se trata de un doble LP que explota las dos facetas más destacables del compositor: las melodías pop que entrelazan tejidos melancólicos y evocadores, y ambientes experimentales donde la música se convierte en un paisaje que se observa con espíritu bucólico y embriagador. En este primer apartado se incluye fácilmente el tema que abre el disco, “The Memory Museum”, una canción que recuerda a otras composiciones de la época de TREMBLING BLUE STARS. “The Pattern Room” tiene ese punto de pop espacial ambiguo con toques lounge, que tanto recuerda a Trish Keenan y sus BROADCAST en una canción inspirada en el “Die Brücke”, el movimiento artístico alemán de principios del siglo XX. “The Passerby” se introduce en la melancolía de los discos más introspectivos de Mark Hollis con ciertos toques barrocos, mientras que “Fever Dreams Of Emilia” o “Taking The Figure Out Of The Landscape” entran en el apartado instrumental, construyendo texturas evocadoras en la línea de maestros del género como Brian Eno o LABRADFORD, generando brumosas y densas sensaciones, dejando siempre espacio para que los tonos y los timbres se pierdan en los horizontes armónicos.
“The Absentee”, que cuenta una historia de un poeta ausente y el mar, aporta un toque acústico, cálido, con acentos barrocos pero sin abandonar los territorios de la tristeza. “Unanswered” comienza con paisaje sonoro pero pronto deja espacio a la voz de Wratten, que navega pausadamente entre bosquejos de ruido blanco y ritmos quejumbrosos. Por su lado, “I Dreamt Music” es toda una declaración de intenciones, entrando en el mundo de lo onírico, basándose una vez más en la repetición y la creación de ambientes. “Night Traveller” recuerda por momentos a OPAL y a GALAXIE 500, una canción tibiamente psicodélica que recupera el tono más luminoso y prístino para dejar que “Starfields” ponga el broche final con un manto de estrellas nocturno a un disco que es un estado de ánimo en sí mismo, un cuadro de trazo limpio y colores transparentes.

